A finales del siglo XIX, Inglaterra significaba el corazón del imperio británico. Y Londres, su capital, era una de las ciudades más avanzadas tanto económica como culturalmente. La reina Victoria llevaba en el trono más de cincuenta años, y un estilo de vida particular gobernaba el exterior de esa sociedad que impulsaba la Revolución Industrial y retenía aún grandes conquistas territoriales en todo el mundo. Sin embargo, entre las calles de la nueva sociedad industrial, se mostraba el lado oscuro del desarrollo capitalista de la época. Siguiendo las orillas del Támesis, hacia el este, se alzaba una sucesión de barrios marginales, callejones oscuros y burdeles que mostraban una realidad diferente. Fue en este escenario, bajo la capa de una niebla amarilla, originada por la contaminación, donde se escondió uno de los peores asesinos de ésta época: Jack el destripador, quien se adjudicó ese nombre debido a los terribles actos en contra de sus víctimas.
Jack, El Destripador. El Terror De Whitechapel L. D. Books
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