¿Cómo se ganó Jack el destripador su siniestro nombre? ¿Quién "vendió" la Torre Eiffel? ¿Cómo se llevo acabo el atraco del Hatton Garden? Este libro responde estas y otras muchas preguntas mediante el análisis de las estafas, los robos y los asesinatos más infames de la historia.
Tan documentado como cautivador, con un texto absorbente y sugerentes ilustraciones, El libro del crimen aporta una nueva perspectiva sobre el crimen y la criminología. Desde los piratas y los salteadores hasta los asesinos en serie y los ciberdelincuentes del siglo XXI, cada artículo ofrece una mirada sobre la mente criminal y el sistema judicial.
Tanto el estudiante de derecho o psicología como el ávido lector de novela criminal encontrará aquí una multitud de casos, en ocasiones tan interesantes como sobrecogedores.
Asesinos llevados a la pantalla y al libro del crimen.
Yo estaba enfermo o endemoniado...., o ambas cosas.
Jeffrey Dahmer (1960-1994)
Asunto: Asesinatos necrófilos.
Poco antes de la media noche del 22 de julio de 1991, un atribulado con unas esposas colgando de su muñeca se acercó a dos agentes de la policia de Milwaukee y les dijo que un "loco" había intentado encerrarlo. Los tres se dirigieron al apartamento del agresor, y allí, en la puerta los recibió Jeffrey Dahmer, el propietario.
Este trató de explicar la situación, pero el hedor a muerte lo delato...
No he hecho nada de lo que me avergüence. Nada de lo que no pueda rendir cuentas a Dios. Yo no mataria ni a una mosca.
Charles Manson (1934-2017)
Asunto: Sectas Criminales.
El cuerpo desnudo y ensangrentado de la actriz Sharon Tate yacía tendido en el suelo de su sala de estar, con una cruz rajada en su vientre de embarazada de ocho meses. La estrella de cine, de 26 años de edad, había recibido 16 puñaladas. Una cuerda alrededor de su cuello la unía al cadáver de Jay Sebring, famoso peluquero de 35 años. En la puerta principal de la casa de Cielo Drive, al norte de Beverly Hills, la palabra «PIG») («cerdo») aparecía escrita con la sangre de Tate.
El 9 de agosto de 1969, el empleado doméstico de la casa alquilada por el famoso director de cine Roman Polanski encontró los cuerpos de Tate, Sebring y otras tres personas: en el césped de la entrada yacían los cadáveres de Abigail Folger (heredera de la empresa de café Folgers) y Wojciech Frykowski (productor financiero e incipiente escritor polaco); y, en el camino al garaje, el adolescente Steven Parent estaba muerto dentro de su coche.
Parecía un crimen sin sentido; la falta de un móvil tenía perpleja a la policía, que consideró la posibilidad de que aquellas muertes formaran parte de un ritual satánico. Pero, la noche siguiente, una pareja adinerada, los LaBianca, fue aniquilada de forma similar en el cercano vecindario de Los Feliz.
Al principio se creyó que los dos últimos asesinatos eran obra de un imitador...
No me siento culpable de nada. Me da pena la gente que se siente culpable.
Ted Bundy (1946-1989)
Asunto: Asesinato de universitarias.
Ted Bundy era un estudiante
de derecho bien parecido al
que nadie habría tomado
por un asesino en serie como Charles Manson o Dennis Nilsen. Las numerosas víctimas de Ted también eran de otro tipo: en su mayoría, universitarias guapas, blancas y de clase media, y no mujeres vulnerables como las que acostumbran a ser presa de los asesinos en serie.
Las 30 víctimas conocidas de Ted Bundy no se dieron cuenta de su situación de vulnerabilidad. La mayoría se convirtieron en víctimas porque se pararon a prestarle algún tipo de ayuda. Bundy fingía ser un joven impedido (con una falsa escayola, el brazo en cabestrillo o cojeando con muletas) que necesitaba ayuda en alguna situación apurada corriente. Una vez que había atraído a las chicas cerca de su Volkswagen «Escarabajo», Bundy cogía el gato del coche, dejado bajo el vehículo, y las golpeaba en la cabeza; luego, las metía en el automóvil y las esposaba.
CONTENIDO
Bandidos, ladrones y pirómanos
Estafadores
Crímenes de guante blanco
Crimen organizado
Secuestro y extorsión
Asesinatos
Asesinatos en serie
Intrigas y asesinatos políticos
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